La reforma concursal de 2022 ha introducido en la normativa un nuevo instrumento a disposición de autónomos y empresas con dificultades para intentar superar dicha situación. Nos referimos a los “planes de reestructuración”.

Adicionalmente, esta nueva figura contempla la posibilidad de solicitar la homologación judicial del acuerdo alcanzado, al menos, con un grupo de acreedores, de forma que su contenido podrá extenderse al resto de los acreedores que no hubieran otorgado su conformidad, logrando así la completa refinanciación y/o reestructuración del endeudamiento contraído por la empresa. 

Con los planes de reestructuración el deudor puede clasificar al conjunto de los acreedores en diversas categorías y establecer un plan financiero y de pago que les incluya a todos. Dicho plan de pagos, ha de ser apoyado por mayorías para que pueda homologarse judicialmente. Esto supone una gran ventaja para los deudores porque de esta forma, se superan las restricciones tradicionales de los procesos de negociación para la refinanciación y/o reestructuración de las deudas, al sustituir la necesidad de alcanzar un acuerdo con la totalidad de los acreedores por un régimen de mayorías.